Hoy, que me dio por pensar en ti... Volví a preguntarme por qué fuiste tan importante, si al final tampoco te diferencias tanto del resto, con tus dos ojitos, nariz, boca y un montón de ideas desordenadas en la cabeza. Mirándote detenidamente nada te hacía especial.
A lo mejor fue porque me dio por buscar un poco más a fondo, por intentar fijarme en las cosas que nadie ve, que son las que más me gustan a mí y las que para ti son insignificantes.
¡Qué bonitas son las cosas sencillas!: una sonrisa, un guiño de ojo, un “mañana te vuelvo a ver”, y qué bien sentaba escuchar tu voz antes de que los rayos de sol hubiesen aparecido. Una vez me dijeron que le felicidad era eso: apreciar los pequeños gestos, que al final son los que causan las mayores alegrías y lo que más echamos de menos cuando nos faltan ¿Verdad?
Ciertamente, hoy me dio por pensar y pensé en ti. Fue bastante raro porque hacía mucho tiempo que no pasabas por mi cabeza. Te recibí como a un extraño. Como a ese amigo que se marcha y con el que acabamos sustituyendo la palabra "confianza" por la palabra "cortesía". Aún así me invadió una ola de nostalgia. De esa que se te mete por la nariz, inunda los ojos y bombea el corazón. Me encanta.
Me encanta todo lo que tiene que ver contigo, sólo que ya no pienso en ti. Ni creo que lo vuelva a hacer porque el tiempo desgasta tus recuerdos y los sumerge en un plácido sueño del que, si no vuelves y los acaricias suavecito, no volverán a despertar.
En la vida ahí cosa q uno las pierdes y cuando te das cuenta ya es tarde
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