Un día, el compadre rico quiso burlarse de su compadre pobre y le dijo que en un pueblo vecino estaban comprando cueros de burros a muy buen precio, que por qué no mataba el burro, le sacaba la piel y la vendía, y de esta manera saldría de pobre. Como el compadre pobre era muy sumiso y humilde a la vez, hizo lo que el compadre rico le había dicho: mató el burro, lo peló, y se fue a vender el cuero al supuesto pueblo que le había dicho su compadre rico. Como había partido bien entrado el día, lo agarró la noche en la mitad de la selva, y no encontró más modo que pasar la noche encaramado en un árbol con cuero y todo.
Al día siguiente, el compadre pobre se bajó del árbol para continuar su camino. Cuál no sería su sorpresa al levantar el cuero del burro y ver que arropaba gran cantidad de plata, de la que el compadre pobre llenó varias mochilas antes de regresarse para su rancho.
El compadre rico, al verlo venir, se “carcajiaba” porque le había hecho matar el burro con el que se ganaba la vida. Pero su sorpresa fue mayor al ver a su compadre cargando mochiladas de plata, y el compadre pobre le daba las gracias por la idea de matar el burro y así salir de pobre.
Como el compadre rico era envidioso y avaro, mató todos los burros que poseía, les sacó el cuero, y se fue por el mismo camino que había tomado su compadre antes pobre. Con tan mala suerte que lo agarró la noche en medio de la selva y vinieron las fieras y se lo tragaron con cueros y todo terminó de esta manera, en una forma muy miserable, sirviendo de pasto a las fieras.
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fuente:http://www.secretosparacontar.org/
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